Los niños desayunan mal por los malos hábitos de sus padres
El 40 % de los padres gallegos ignoran que un desayuno completo se compone de tres elementos clave: fruta, lácteos y un hidrato lento, que puede ser pan u otros cereales. Las consecuencias de ese desconocimiento la están sufriendo sus hijos, pues solo el 15 % de los niños gallegos desayunan bien.
Pero lo paradójico del asunto es que ese porcentaje, pésimo, es el mejor de España, pues por detrás de los gallegos, a cierta distancia, aparecen los niños vascos, con un 12 %.
Este desastre nutricional se refleja en el estudio Hábitos de vida relacionados con la obesidad infantil, elaborado por la consultora Psyma-Ibérica para la firma de cereales Kellogg?s. El trabajo revela que el motivo son los malos hábitos de los padres (solo el 10 % desayunan bien), y que la principal deficiencia de los menores gallegos está en la fruta, a la que renuncian el 85 % de las familias, aunque este dato es otra vez el mejor de España.
El estudio sigue la línea de otros que han causado honda preocupación entre los médicos. «Sin conocer este trabajo en concreto, sí es cierto que se desayuna fatal, bastante peor que antes, y que los porcentajes en ese sentido son bajísimos», sostiene Teresa Martínez, endocrinóloga del Chuac. Martínez recuerda que la consecuencia de un mal desayuno es un rendimiento inadecuado en el colegio: «Por la mañana, la actividad es mayor. El cerebro necesita alimento, usa la glucosa para hacer su trabajo y, sin la energía suficiente, el rendimiento baja».
El estudio alerta sobre otra cuestión preocupante. A pesar de que los datos oficiales de sobrepeso u obesidad infantil en España son del 45,2 %, solo el 15 % de los padres gallegos reconocen que sus hijos están por encima de los kilos recomendados. Es decir, que los progenitores son los primeros que no perciben los malos hábitos de vida de sus hijos ni las consecuencias para su salud.
«El menor debe desayunar sentado y sin televisión»
Especializado en nutrición infantil, Rafael Tojo advierte de las consecuencias de un mal desayuno, especialmente para los niños.
-Los datos dicen que nuestros hijos desayunan mal.
-Pues es un problema de primer orden, porque se trata de una comida principal, después de unas diez horas sin tomar alimentos. La comida que más se saltan los españoles es el desayuno y eso va ligado necesariamente a un rendimiento menor, tal y como han demostrado numerosos estudios. El desayuno debe representar del 20 % al 30 % de las calorías del día, y una ingesta insuficiente desestabiliza el sistema de comidas a lo largo de toda la jornada.
-¿Qué se debe desayunar?
-Fruta, lácteos y cereales. Pero ahí empiezan los matices y lo que la gente debe tener claro. Los lácteos son clave porque aportan hasta el 75 % del calcio de la alimentación, cuya acumulación hasta los 20 años determinará el capital óseo de nuestro esqueleto para el día de mañana. Pero no es lo mismo tomar leche desnatada o entera. Como mínimo hay que consumir tres vasos al día. Y el tema de los cereales también es relativo, pues no es igual ingerir pan blanco que darle al niño bollería industrial, repleta a veces de grasas trans.
-¿Y la fruta?
-Hay que tomarla de diferentes colores, con la idea de variedad que debe imperar siempre en el desayuno de los niños para evitar la monotonía. En ese sentido se puede introducir de vez en cuando un poco de aceite de oliva, miel, jamón... Y algo muy importante: el menor debe desayunar sentado y sin televisión durante al menos 15 o 20 minutos.
La castaña, según un «Michelin»
Todavía con secuelas en el paladar después de haberse tomado una excelsa empanada de cachucha («así es como llamáis en Galicia a la cabeza del cerdo, ¿no?») en el restaurante ourensano A Rexidora, Jordi Roca se fue ayer al Centro Cultural de la Diputación a preparar cara al público varios postres con la castaña como protagonista. El cocinero de postres del Celler de Can Roca -tres estrellas Michelin- participó en el Foro de la Castaña, una iniciativa del grupo Cuevas y el Inorde para ponderar las virtudes gastronómicas del fruto del castaño. Un año normal, sin tanto estrés hídrico como el actual, los nobles árboles que proliferan por Ourense dan unos ocho millones de kilos. Este año, la mitad.Roca se metió en faena con estos retos: ensalada de castaña, castaña a la brasa, castaña con queso San Simón, café y caramelo, y castaña helada con marrón glasé. El producto, dijo, «es muy agradecido tanto en repostería como en cocina de temporada, sobre todo con menús de otoño».
Ninguna de las virtudes del producto le ha sorprendido porque «partimos de una materia prima de gran calidad, como la castaña gallega, que en nuestro restaurante conocemos bien». Es más, le pronosticó «mucho futuro» ya no solo como elemento gastronómico, sino por su eventual potencial económico. Eso sí, Jordi Roca lamentó que «tal vez debería ser más conocida tanto en España como en otros países».
De la cocina gallega valoró «su extraordinaria materia prima» y la capacidad de transformación que parte de la creatividad de una generación que está haciendo en los fogones gallegos las cosas con un patrón de calidad muy notable. Roca les anima y lo hace desde la experiencia que da una forma de trabajar que le ha reportado tres estrellas Michelin. «No es una dictadura, es un reto para seguir haciendo las cosas bien», razonó, refiriéndose a sus divisas.
Mientras, de las paredes del centro cultural surgen inéditos aromas gastronómicos. El público que asiste decide ser epicúreo y llevarse los postres de Roca, al menos en el retrogusto.