Los colegios irán a la vía judicial para erradicar las novatadas.
Con las novatadas, tolerancia cero. Y no solo dentro de la propia residencia. En la calle también. Los graves sucesos acaecidos el pasado miércoles por la noche en Santiago, cuando tres estudiantes del colegio San Agustín estuvieron a punto de perder la vista al arrojarse un producto de limpieza, marcarán un antes y un después en esta arraigada costumbre de mofarse de los más jóvenes.
Los colegios de Santiago mantuvieron una reunión el pasado viernes para intensificar las medidas preventivas y para hacer una reflexión conjunta. La primera conclusión es clara. Se hace necesario acudir a la vía judicial para persuadir a los infractores y para defender a los propios centros de actos vandálicos. «Somos víctimas y no culpables. Y por tanto no podemos quedarnos quietos, tenemos que denunciar a la Justicia», explicó ayer Jorge Vázquez, director del colegio mayor.
Los responsables de los centros recuerdan que esta clase de vejaciones son constitutivas de un delito contra la integridad moral, tipificado en el Código Penal, a lo que hay que añadir todos los actos que dañan la integridad física. En cada centro, sus directores han mantenido estos días reuniones para alertar del riesgo que entrañan estas prácticas. Y han hecho un llamamiento a las autoridades para que se intensifique la vigilancia y la seguridad sobre estos concurridos festejos que se dan en la vía pública. «Muchas novatadas no son bromas sino delitos y como tal deben tratarse; esto no puede quedar en el seno de la comunidad universitaria como una vulgar gamberrada. En estas fiestas participa gente de otras ciudades, e incluso jóvenes que no son ni universitarios», puntualizaba ayer indignado Jorge Vázquez.
A raíz del parte redactado por el Hospital Clínico donde se trató de urgencia a los jóvenes, la Policía Nacional - a través del grupo de la Policía Judicial- mantiene abierta una investigación de oficio para tratar de esclarecer los hechos. Según la información recabada por este diario ni los propios afectados ni sus familias han presentado denuncia alguna. La dirección del San Agustín lamenta que con lo ocurrido se hayan difundido informaciones inciertas, como que el detergente industrial salió de la propia residencia.
